Principal

Diario YA


 

Osoro designa al mal como ignorancia

Roberto Esteban Duque, Sacerdote y doctor en Teología Moral. Para Lenin, arrancarse de su cuello una medalla devota y tirarla al suelo tras escupir en ella significaba, más que un empeño prometeico, todo un programa contra Dios y cualquier idea de trascendencia. Todo lo religioso es una indescriptible abominación, y el marxismo será el perfecto sustitutivo de la religión. Poco antes, el padre de Karl Marx -un tipo de arrogancia hiriente y creador de políticas agresivas- veía en los delirios maléficos de su hijo el espíritu de una naturaleza fáustica, fruto de la flaqueza humana, el orgullo, el egoísmo y la vanidad. Mientras que Marx motejaba a la religión como “el opio del pueblo”, Lenin la calificaría como “opio para el pueblo”, un aguardiente moral con el que los esclavos del capital pierden su aspecto humano y ahogan sus deseos de una vida digna de seres humanos.