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Diario YA


 

Viene la nieve: ¡cuidado con nuestra conducción!

El cambio de la climatología trae como consecuencia directa un incremento del riesgo de accidente. Con la lluvia, el hielo o la nieve crece el riesgo de accidente. Nuestra habitual conducción urbana, muy adaptada a las bajas velocidades, a los semáforos o al aparcamiento, cambia radicalmente en las vacaciones de Navidad y el tiempo libre, en que buscamos salir de la ciudad y buscar el esparcimiento en lugares a los que n0os tenemos que desplazar por carreteras que nunca antes habíamos transitado.

Ello incrementa el riesgo de accidente, pues en nuestra forma de conducir ni está adaptada a la carretera ni tampoco a las condiciones climatológicas adversas o desconocidas, como  os charcos en las carreteras a latas velocidades o el hielo, que, en las curvas, se convierte en un riesgo mayor.

Si queremos ir seguros estas Navidades, debemos seguir unos consejos que incluyen tanto la prudencia como algunas medidas que debemos seguir para que nuestro coche esté preparado para el invierno que arranca el 21 de Diciembre pero que ya ha dejado su huella prematura en buena parte de España, con bajas temperaturas, lluvias y nevadas.

Se trata de una estación que supone uno de los momentos del año que pone a prueba el estado de los vehículos. En caso de no haber sido revisados adecuadamente pueden causar grandes inconvenientes a los conductores. La mayor parte de los imprevistos que sufren los vehículos en invierno son evitables con medidas preventivas que pueden realizarse con facilidad y bajo coste, por lo que debemos seguir algunos consejos para la conducción segura con nieve y otras inclemencias del tiempo.

Entre algunas de las medidas que debemos adoptar está la de revisar y rellenar líquido anticongelante. El líquido anticongelante es el encargado de refrigerar el motor. En invierno, evitar que se congele el agua de la refrigeración es fundamental para que no revienten los manguitos o, incluso, el propio motor. Venimos del verano y muchos descuidamos comprobar el estado y cantidad de líquido que llevamos. Tener poco líquido refrigerador entraña un riesgo innecesario que podría dejarnos el coche parado. Cuidar el vehículo si va a estar parado durante varias horas en épocas de mucho frío es sencillo, solo se debe recurrir al libro de mantenimiento del coche para ver cuándo ha sido la ultima sustitución y asegurarte de que el nivel del depósito con el líquido rosa o verde del motor es adecuado.

También es recomendable comprobar y rellenar el líquido del limpiaparabrisas evitar que los tubos o las boquillas se congelen y que esto perjudique la visibilidad del conductor en caso de lluvia o nieve. No debemos poner en marcha nuestro limpiaparabrisas si el cristal está congelado, porque rompemos las estilas de goma perdiendo toda su efectividad. Hay que dejar que se descongele y entonces actuar. Las escobillas son un elemento fundamental para garantizar la visibilidad al volante y no llevarlas bien entraña riesgos innecesarios. En esta época del año las lluvias y nevadas hacen que sean todavía más importantes para evitar no solo el agua sino que la sal de la carretera se fije en nuestras lunas o que los focos de los vehículos deslumbren. También es recomendable limpiar las lunas con limpiacristales tanto por fuera como por dentro.
 
Es necesario asimismo que evitemos la humedad del vehículo y cambiemos los filtros. La suciedad no es el único factor que puede reducir la visibilidad del conductor al volante. La condensación del aire, especialmente en invierno, es muy peligrosa ya que la diferencia de temperatura puede empañar las lunas. Para reducir la condensación en el parabrisas y las ventanas se recomienda cambiar el filtro para el polen para que el intercambio de aire, la ventilación y la climatización funcionen adecuadamente. Debemos tener mucho cuidado con no poner muy caliente la calefacción del habitáculo, para que no haya condensaciones excesivas que nos impidan la visibilidad, especialmente por la noche.

También hay que revisar la batería, que es el elemento que se encarga de arrancar el motor del vehículo y el frío aumenta la posibilidad de que se descargue. Para revisar su estado simplemente se debe conectar un voltímetro a los bornes y asegurarse de que el voltaje se sitúe por encima de los 12,5 voltios. También debemos revisar el sistema de alumbrado, que es fundamental para asegurar la buena visibilidad y si alguna bombilla está fundida sustituirla rápidamente. No hace falta que sea de noche para que haya riesgos, a veces, con hielo o con nieve se estropea mucho la visibilidad y hay que tener todos los elementos a favor nuestro.

Otro elemento que debemos portar siempre en invierno, especialmente en montaña, son las cadenas para nieve, que mejoran la adherencia en calzadas nevadas o heladas para una conducción segura. Es recomendable en casi todas las circunstancias, teniendo en cuenta además que en muchas vías son obligatorias para circular. Aunque cada vez son más fáciles de colocar, es aconsejable familiarizarse con su instalación antes de salir a la carretera. Las cadenas de coche dependen del modelo del vehículo, y hoy es fácil conocer estos detalles gracias al sistema de identificación de modelo por matrícula.

Es muy importante además que tengamos en cuenta otros elementos, como las señales de emergencia homologadas, y seguir el consejo de los fabricantes de revisar nuestros neumáticos, que en muchas ocasiones, dependiendo de nuestra región en España, requieren que sean certificados de invierno. Con ellos, la conducción es mucho más segura y permite, por ejemplo, olvidarnos del engorro y el riesgo que supone el uso de cadenas en la nieve.

Los fabricantes suelen comunicar, dependiendo de cada vehículo, un tipo de neumático. Cuando compramos un coche, el modelo viene con unas ruedas homologadas que nos permiten una conducción estándar y garantizada. No obstante, solemos cambiar los neumáticos con criterios más personales o de precio. Los vehículos de leasing o los coches de renting a particulares mantienen siempre los mismos estándares para nuestro coche, garantizando una conducción segura y optima y corriendo la compañía con los costes de sustitución, avería y, lo que es más importante, con el seguro a todo riesgo.

Las dos categorías que componen los neumáticos certificados de invierno, los todo tiempo y los de invierno, destacan por ser más eficaces con temperaturas inferiores a 7 grados; por tener mejor capacidad de tracción, adherencia y frenada con lluvia hielo o nieve; y porque permiten, salvo en los casos extremos como la tormenta Filomena, en los que no se puede circular, prescindir de las cadenas.

Recordemos que la prudencia es siempre la mejor compañera para salir a la carretera sin riesgos ni problemas en esta época del año.