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Diario YA


 

Las crisis en la Iglesia son siempre crisis de Fe

Jesús D Mez Madrid

 No. Las crisis en la Iglesia son siempre crisis de Fe; de querer el hombre dominar el Misterio de Dios que se ha encarnado, y se ha hecho hombre. Son crisis de hombres que quieren construirse un Cristo a su imagen y semejanza, un Cristo al que se quieren convertir en un simple Jesús que en vez de redimir a los pecadores, quiera vivir con ellos dejándolos muertos en su pecado; eso sí, con aires de buenismo y de comprenderlo todo y disculparlo todo.

 Hasta ahora, a lo largo de la historia, estas crisis se han manifestado con posiciones heréticas sobre la Persona de Cristo; sobre las dos naturalezas de Cristo sobre los Sacramentos, especialmente sobre el Bautismo, la Confesión, la Eucaristía y el Matrimonio; sobre la realidad del Pecado y sobre las Postrimerías –Cielo, Purgatorio, Infierno-, la Vida Eterna etc.

Hoy, la crisis es más profunda y más sutil. Y está muy conectada a la pérdida del sentido de la Verdad. Y, quizá, más que a la pérdida, a la banalización de la verdad, al considerarla algo más bien subjetiva, y que da lo mismo “mi verdad” que la “tuya”.

Y es una crisis que no se presenta a las claras, y de frente, como se presentaron las herejías que acabaron en cismas. No. Ahora se presentan con un lenguaje que se puede interpretar de diversas maneras, al gusto del consumidor. Por ejemplo, palabras de un eclesiástico: “Uno puede decir que todas las religiones son valederas; y a la vez señalar que para los cristianos lo importante es Cristo”.

 ¿Sólo para los cristianos es importante Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre?  La Verdad que es Cristo, ha sido sustituida por la “verdad tuya y mía”, y todas agradables a Dios. ¿A Dios o al “dios” que se invente, con “su verdad”, cada uno?