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Diario YA


 

Editorial: "Una sociedad deshumanizada"

Una sociedad deshumanizada 

El espeluznante vídeo en el que aparece una menor siendo salvajemente golpeada por otra, mientras un grupo de amigas jalean y animan a la agresora, vuelve a poner en evidencia la crisis de valores en que está construida la sociedad actual. Bajo una falsa apariencia de “buenismo” y “solidaridad” (conceptos politizados hasta la náusea), se esconde la verdadera realidad de los países más ricos: la existencia de personas crueles, egoístas al máximo, sin escrúpulos y con una conciencia moral apenas reconocible.
 
Se dirá que siempre ha habido salvajes, y que posiblemente siempre los habrá. Pero sería muy fácil y también muy cómodo quedarnos con esa perogrullada. Lo cierto es que generaciones de jóvenes que se supone que han estudiado y han recibido en casa una mínima educación cívica se comportan como si no estuvieran socializadas, peor que si se hubieran criado entre animales. ¿Qué está pasando?, ¿hasta cuándo vamos a eludir la responsabilidad colectiva que tenemos?
 
Dejamos para otro día la polémica sobre si el vídeo debió ser emitido por una cadena de televisión o no. Daría para un largo debate sobre la responsabilidad social de los medios de comunicación que nos haría perder la perspectiva de lo que es aún más importante: el tipo de ciudadano con el que convivimos. Personas muy jóvenes que aún no saben el significado de la palabra “hermandad”, que ignoran por qué hay que amar al prójimo como a uno mismo, que no comprenden la grandeza y la importancia del respeto a la vida humana.
 
Suponemos que la Guardia Civil se hará cargo de las investigaciones para que las personas que han participado en esta terrible paliza paguen por lo que han hecho. También deseamos una pronta recuperación de la víctima de la escalofriante agresión. Pero sobre todo: reflexionemos todos. Esta sociedad que nos pone ante los ojos tantos objetos apetecibles está olvidando lo más importante, que somos los seres humanos. Las relaciones interpersonales son ya casi exclusivamente relaciones de intercambio de bienes y servicios.
 
Nada que ver con el mensaje que Cristo nos dejó, y que es el único camino para la verdadera paz social.

 

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