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Diario YA


 

Ni el Rey, ni el Gobierno central, ni el Ejército ni los políticos son capaces de poner remedio a esta burla constitucional.

Cataluña, impúdicamente, actúa como nación independiente de España

Miguel Massanet Bosch.

Algunos pudieran pensar que ha sido la gran pandemia del Covid 19 la que más ha influido en el evidente deterioro por el que está pasando la nación española, pese a que los que nos gobiernan no dejan de sacar pecho, basándose en hechos circunstanciales, sin tomar en cuenta los negros nubarrones que nos amenazan desde más allá de nuestras fronteras y olvidándose de los graves problemas que, cada día, se hacen más evidentes y que pueden, a lo largo de los meses sucesivos, constituir la mayor amenaza para la subsistencia de la nación española si no somos capaces de reaccionar y rectificar sobres las políticas erróneas por las que discurre nuestro equipo gubernamental.
Y es que, señores, para pasmo de los españoles, que vemos admirados el discurrir de los acontecimientos, el problema del separatismo catalán, el cariz de un gobierno autonómico que ya no oculta su animadversión hacia España y los españoles; que considera ofensiva cualquier ley que venga del congreso de diputados y que se niega, ab irato el cumplimiento de las sentencias y resoluciones de los tribunales superiores de justicia de la nación española, amenaza con subvertir nuestro actual democracia. Concretamente, las críticas al TSJC respecto a la aplicación del 25% de enseñanza en la lengua española en las aulas de los colegios públicos catalanes. El que, a estas alturas, cuando llevamos años intentando que el castellano sobreviva a la inmersión lingüística practicada por la Generalitat, que nuestros hijos puedan educarse en la lengua que escojan, teniendo en cuenta que, la Constitución, declara el español como la lengua oficial de la nación que, todos debemos conocer y que, evidentemente, todos tenemos derecho a usar en toda la extensión de nuestra patria; parece que se ha convertido en algo imposible en Cataluña.
Pues esto, que resulta tan claro y evidente, para los políticos catalanes, resulta poco menos que una arbitrariedad, un intento de acabar con la lengua catalana y una forma que tienen los españoles para atacar a Cataluña. Casos vergonzosos, absurdos, ilegales de pleno derecho, repugnantes por afectar a niños de escasos años y que van en contra del uso de la lengua vehicular de cada persona a la que tiene derecho; resulta que quienes nos gobiernan, por razones espurias que son conocidas de todos, no se atreven, no tienen bemoles, no tienen valentía y se encogen de hombros cuando el señor Aragonés insulta, desacredita y denigra al idioma nacional, como acaba de hacerlo en el conflicto cainita que tienen con la región aragonesa por el intento de la Generalitat, de constituirse en la región que organice los JJ.OO de invierno y, no sólo esto, sino que sea Cataluña la que exclusivamente se lleve el mérito ante todo el mundo de gestionar tal evento. Una frase telefónica que desde la Generalitat se le dijo a la comisión aragonesa: “No llenaréis de banderas españolas los pirineos”.
Y, el señor Pedro Sánchez y sus secuaces ¿ qué es lo que hacen ante tamaña indignidad y falta de respeto por España? ¡Nada en absoluto! Él sigue en su táctica de no molestar a los catalanes y de permitir y apoyar económicamente al soberanismo catalán en su camino en busca de salir del control del Gobierno español. ¿Prevarica? Pues, si prevaricar es dictar a sabiendas, tomar posturas y decidir en cuestiones legales o de interés para los españoles de forma contraria a las leyes; entonces, señores, no cabe duda alguna de que estamos ante casos evidentes en los que se intenta, de modo fraudulento, esquivar la norma constitucional para favorecer un proceso ilegal de los soberanistas catalanes; en un intento ilegítimo de separación, de la nación española,  de  un trozo de España que le pertenece. Es de una claridad meridiana y, sin embargo, tenemos la pasividad de la fiscalía, encabezada por la fiscal general del Estado y el aletargamiento de los abogados del Estado, que ni se les ve ni se los reconoce.
Y siguen insistiendo en convocar de nuevo la famosa mesa de negociaciones. ¿De qué quieren negociar? Pues de lo mismo de siempre, intentar arrancar la mayor cantidad posible de transferencias, de controles, de subvenciones y de inversiones de una parte de España que vienen repudiando, pero que están dispuestos a exprimir todo lo que puedan, en tanto no consigan su propósito de independizarse. Nos preguntamos ¿ qué es lo que queda por darles a estos chupópteros de la política catalana? Y aquí esta el quid de la cuestión al que parece que el presidente Sánchez no sabe darle una respuesta satisfactoria. Estos señores no van a dejar nunca de pedir más. Es su modo de mantener el apoyo de esta parte de los catalanes a los que se les ha vendido que España les está robando, de que ellos son los paganos de la solidaridad nacional, de que ellos son los que, con sus impuestos   colaboran más que las otras autonomías etc. Falso, porque Madrid y su capitalidad, reciben menos ayudas y financiación del Estado que Cataluña, pero esto los catalanes no se lo van a creer, entre otras razones, porque no quieren hacerlo.
Es posible, no queremos ni pensarlo, que en este juego que se traen los catalanes aspirando a desalojar a quienes les pudieran hacer sombra en cuanto a la organización de los JJ.OO de invierno, que suceda lo de la famosa fábula de los galgos y podencos y, finalmente, el Comité Olímpico Internacional que tenga que decidir, ante una realidad de falta de consenso, se decida por otorgar dichos juegos a otra nación en la que no existan tales enfrentamientos´

Los frentes abiertos que este Gobierno socio-comunista, que tenemos en nuestra nación, tiene que solucionar, empiezan a ser una grave preocupación que se va extendiendo como el aceite, sin que la falta resolutiva de un Gobierno montado sobre una base de idealismo comunistoide y de revanchismo en contra de las derechas que siguen, sin causa alguna que lo justifique, insistiendo en que son hijas del franquismo  del que, si quedara alguno sería, en todo caso de mi generación que ya vamos superando los 90 años y que, entonces, no éramos más que unos niños a los que sólo nos interesaba jugar y corretear. Los diversos sectores que se vienen manifestando en la capital del reino, pese a que los sindicatos dependientes en absoluto del gobierno no los apoyan por interpretar que no son de izquierdas, abarcan desde agricultores, fabricantes de automóviles, fuerzas de seguridad, pidiendo el respeto a la legalidad constitucional, denunciando el acercamiento de etarras al País vasco etc.

Y el cumpleaños del Rey. Son 54 y no parece que, estos últimos que ha tenido que compaginar con el gobierno socialistas del señor Pedro Sánchez hayan sido los mejores de su reinado. Lo peor, a nuestro entender, es que ha tenido que apechugar con una serie de circunstancias familiares que ha dejado a la institución monárquica en una situación poco digna. Comprendemos que se halle en una postura poco sostenible y que, el apresuramiento en tomar medidas severas con don Juan Carlos, quizás lo hizo con demasiada rapidez, sin analizar muy bien la situación y, evidentemente, inducido por la reina que, como es sabido, nunca ha estado en buenas relaciones con el rey emérito. Estamos convencidos de que la abulia actual de Felipe VI, su falta de una mayor actividad política, una mayor presencia y una muestra de ser independiente de la política gubernamental, se debe a que su mujer es la que se dedica a gestionar sus relaciones con el ejecutivo de la Moncloa. En todo caso, como ya dijimos en otra ocasión tenemos el convencimiento de que la organización monárquica está gravemente tocada y que se está desperdiciando la ocasión de que la princesa Leonor pudiera aspirar a una vida más normal, lejos de las exigencias de una futura reina, cuando sus posibilidades, dentro de unos años cuando le tocara relevar a su padre, no parece que sean muy posibilistas dada la progresiva decadencia de esta institución, de la que quedan escasos representantes en la Europa de hoy.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, estamos entrando en unos momentos en los que van a celebrarse algunas consultas autonómicas, esperamos que los que las han convocado hayan acertado en el momento y hayan medido bien sus posibilidades de éxito, porque un fracaso del PP en las próximas consultas sería catastrófico como precedente de las generales, que no van a tardar demasiado en producirse. Es cierto que victorias en Castilla y León y en Andalucía con posibilidades de gobernar serían un indicativo de que el las generales pudiera darse el vuelco que todos esperamos que se produzca.

Y la frase final: ”El gran peligro de Europa es la disolución de la unidad de España” Gustavo Bueno.

 

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